L'Ombre de Némésis
La realidad histórica
La Sombra de Némesis es una novela. No pretende en absoluto ser obra de historiador. Sin embargo, me he basado en gran parte en el trabajo de los historiadores – americanos, españoles y cubanos – a fin de reconstruir con la mayor precisión posible el contexto de la época. Algunos libros publicados tras el conflicto han sido reeditados en los Estados Unidos y en España, particularmente con ocasión del centenario de esta guerra. La mayor parte sólo está disponible en las bibliotecas o en las páginas de Internet de ventas a la puja. Las obras cubanas han sido adquiridas en su mayoría de los libreros de La Habana o en los tenderetes de Santiago. Otras se han podido consultar gracias a historiadores cubanos. Ya que son los vencedores quienes escriben la historia, no es sorprendente que los americanos se vean ampliamente representados.
Lo mismo cabe decir de los relatos publicados de testimonios directos o indirectos de los acontecimientos: combatientes, periodistas, miembros de la Cruz Roja, políticos.
La guerra hispano-americana
La guerra que figura en esta novela en un segundo plano enfrentó a España y los Estados Unidos durante seis meses, de febrero a julio de 1898. Otra, que duraba ya tres años, la había precedido entre la potencia colonial y la rebelión cubana. Actualmente, el conflicto hispano-cubano-americano sigue siendo poco conocido por el gran público a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, ha sido motivo de numerosas «premières» que han marcado el siglo XX.
Diecinueve años antes de la intervención americana en la Primera Guerra Mundial, medio siglo antes del desembarco de Normandía, el ejército americano combatió en suelo extranjero. Una nueva potencia emergía en la escena internacional y la España colonial perdía sus últimas posesiones, Cuba, Puerto Rico, Filipinas. Por motivos muy diferentes, la historia retendrá el nombre de dos principales lugares de desembarco sobre las costas cubanas: Daiquiri, que se convertirá en un cóctel, y Guantánamo, de la que se sigue hablando en el siglo XXI, y no sólo por la belleza de su hija más célebre, la Guantanamera de la canción.
Durante este periodo, la prensa experimentó un desarrollo que la Guerra de Secesión sólo había insinuado. Los periodistas cubrieron los acontecimientos acompañando a los combatientes tanto a bordo de los barcos como en el campo de batalla; sin saber siempre evitar las críticas. Además, nadie puede subestimar el papel que jugó la prensa «amarilla» en la explosión de xenofobia que precedió y precipitó el conflicto. Orson Welles mostró los excesos en el personaje de Ciudadano Kane, inspirado por William Randolph Hearst, jefe del New York Journal.
Otra realidad, trágica, queda asociada a este conflicto: la creación, por primera vez, de campos de concentración a gran escala. Según los historiadores, entre cien y doscientos mil cubanos desaparecieron. Sabemos cómo se usará, en los decenios siguientes, esta forma de violencia contra los civiles, inaugurada en Cuba.
La República de Cunani
En torno al río Carsawene, la República de Cunani fue realmente creada en 1886 por un grupo de aventureros de entre los cuales formaba parte Jules Gros, que se convirtió en su presidente.
La reconstrucción de la Bastilla
La reconstrucción de la Bastilla para la Exposición Universal de 1889 se vio un tanto eclipsada por la construcción de la torre Eiffel ese mismo año. Las obras son descritas en una monografía de MM. Gombault y Singier, L’Exposition de 1889 et la tour Eiffel, d’après les documents officiels, par un ingénieur (1889).
Elpidio Valdés y El Libro del Mambí
Esta novela debe mucho a Juan Padrón, el creador de Elpidio Valdés. El coronel Valdés es tan popular en Cuba como lo es Astérix en Francia. Personaje de dibujos animados, cómics y relatos, simboliza al pueblo de los «irreducibles cubanos, resistiendo aún y siempre contra el invasor español». En su país, contribuye a la formación en historia e instrucción cívica. La precisión de los dibujos de Juan Padrón en El Libro del Mambí (1985) me ha sido de gran ayuda para comprender la vida cotidiana de los Mambises y su manera de combatir.
La carenadura
El procedimiento de carenadura ha sido objeto de una tesis de Master of Arts presentada por Michael P. Goelet : The Careening and Bottom Maintenance of Wooden Sailing Vessels (A & M University, Texas, 1986). En 1839, la fragata francesa Artémise encalló en un banco de coral en Tahití. Para llevar a cabo la reparación, el navío se carenó cerca del puerto de Papeete. El crucero de la fragata y su carenadura en la playa son relatados por Louis Reybaud en L’Artémise à Taïti. Journal inédit d’un officier de l’expédition publicado por La Revue des Deux-Mondes en 1840. Bajo la firma de Jean Boudriot, la revista Neptunia (1976) presenta ilustraciones y una descripción técnica de la operación (La Frégate l’Artémise et son abattage à Tahiti en 1839). Muestra igualmente fotos de la maqueta del Museo de la Marina de París, en las que se ve a la Artémise durante la carenadura.
En la misma revista Neptunia, Éric Rieth se refiere al cuadro de Vittore Carpaccio, La Leyenda de Santa Úrsula (1495), que presenta una escena de astillero. Por medio de un análisis profundo de esta obra, demuestra que los dispositivos utilizados en el siglo XV para la carenadura eran similares a los de los siglos siguientes (Note sur deux abattages en carène figurés par Vittore Carpaccio).
He adaptado estas descripciones a la operación llevada a cabo por Louis Aurélien en la Némesis.